Licencia

Me tomé una licencia.

O sea, algo así como "pedir permiso" para faltar unos días a la bomba y a todas sus actividades, sin que eso influya en el porcentaje de asistencia. La idea era desconectarme un poco de ese universo paralelo que conforman los ropinegros-salvalo-todo.

No resultó mucho.

Entre diseñar las presentaciones de investigación de incendios que me está pidiendo el inspector del DET, cumplir con la compra de unos logos para los uniformes que tenía pendientes, ayudar a preparar los himnos para una ceremonia que había en el cuartel y asistir a un incendio al que no pude resistirme (sin lista por supuesto), no fue mucho lo que pude alejarme. Mi complejo de Batman me supera y aunque quiera poner distancia con el teatro del absurdo en que se convierte de repente mi cuartel, siempre hay algo que me manda de vuelta al escenario. Si no es el comandante que me encuentro en la bomba de bencina, es alguno de mis compañeros que por el messenger me enteran de las ultimas novedades, o el mail que me mandan del sur pidiendome la paleteada de unas compras de cucardas. Al final, siempre termino encendiendo la radio ...y no hay caso....bombera los 365 días del año, 7 días a la semana las 24 horas del día.

¡Es el karma del Bombero!